EL ENFRENTAMIENTO DE SOL Y PLUTÓN


El Sol se va acercando a Plutón, y algunos comienzan a ver una sombra en la pared. "¿Que hace esa sombra allí, justo por encima de mi cama?", se pregunta atemorizado quien ve en las oscuridades. Y las noches comienzan a poblarse de ruidos invisibles, condenando al vampiro que acecha por la ventana, y amenaza con enrarecer el ambiente que ya huele a flores secas, podridas, marchitas. Se hace tan lúgubre y tormentosa la consciencia, que acudimos a un espejo, aunque sea para ver un rostro familiar, y calmarnos en lo conocido; y sin embargo allí, parados frente al cristal, encontramos que en nuestra imagen, hay un par de sanguinolentos colmillos.
Tiempo para exorcizar el alma de las furias del pasado. Aquello que sale a la superficie, es lo que hemos soterrado con tal de ver en nosotros, a la cara luminosa de la vida, olvidando que también, somos parte de aquello que se mantiene oscuro, agazapado y dispuesto a dar una estocada cuanto menos lo esperamos.
Gracias a este proceso es posible la iluminación: enfrentarnos a la sombra, es poder saber hacia donde apuntan las luces.

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