EL INGRESO DE LA LUNA A CAPRICORNIO

Estamos en las últimas horas de la luna en Sagitario, y de colgarnos en horizontes  rebosantes de sentido, pasaremos al momento de apoyar los pies en la tierra. De a poco se va borrando la imágen de la mujer que bendice nuestros pasos futuros envuelta en una larga túnica; para aparecer ahora la de aquella jefa que exige  que dejemos de filosofar para sentarnos a trabajar ya mismo. Esa, de quienes todos los empleados hablan mal, que pareciera no tener ninguna necesidad, y que jamás parece estar ansiosa de volver a su casa. La luna en Capricornio encuentra su cobijo entre las paredes de la oficina, por considerar que en su hogar, no hay calor suficiente. Su mirada no es dulce, y sus ojos suelen ser oscos, duros y faltos de brillo; no obstante, en el fondo hay una niña que aún quisiera sentirse querida, y ha endurecido su rostro por creer que sus emociones, siempre serán desetimadas. Por esta razón, nuestro modo de reaccionar en estos días, puede contener una frialdad fuera de lo común;  percibir que el entorno ignora nuestras necesidades emocionales; o que quizá nos encontremos proclives a ver toda situación con las gafas negras. De aprovechar bien este paso de la Luna por el signo de la cabra,  es posible que en lugar de percibir restringido nuestro caudal afectivo, nos animemos a actuar sin depender de la comprensión de los demás ni de su aprobación.

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