La Luna y Urano se encuentran en un sextil creciente y geminiano, tendiendo a multiplicar las comunicaciones que intentan dar a conocer ideas generadas en forma espontánea. Las contestaciones pueden brotar de un momento a otro, y así enterarnos de algo que habrá que verificar, puesto que al estar Mercurio retrógrado, es factible que los dichos contengan subjetividades, no estén completos en sus datos, o tengan una lectura que por el momento, no puede ser hecha de forma correcta.
Este contacto genera mucho movimiento y necesidad de salirnos de lo habitual y rutinario. Excelente para conocer nuevos lugares, nuevas amistades, e inaugurar una forma nueva de contar y propagandear lo que hacemos.
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