La Luna en trígono a Urano nos pone el despertador para cortar con los automatismos diarios, esos que comunmente podríamos comparar con lo que hacemos sin pensar, repetimos todos los días de forma rutinaria y por ese motivo tenemos tan internalizado, que aunque sea lo más distintivo de nosotros, no nos es posible de identificar como parte de nuestra conducta repetitiva. Solemos recortar de la realidad aquello que se nos escapa de la visión por tenerlo tan cerca de nuestra nariz, tal como se encuentra el puente de los lentes cuya función es mantener unida una acción a una reacción. Urano en contacto con la Luna es el toque sorpresivo que de pronto corta ese puente asociativo para que se te caigan los lentes y tengas que adquirir uno nuevo: los que te dejan ver todo de modo diferente. Cambio de rutina, necesidad de despertar sentimientos nuevos, empuje a encontrar importancia en aquello que no la tenía.
-Gabriela Borraccetti, Centro Astrológico Virtual-
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