UN CUARTO CRECIENTE CRÍTICO
Estamos en un cuarto creciente crítico de Leo a Escorpio y en la medida que la Luna vaya transitando el signo regido por el dios del Hades, se irán desencadenando varios conflictos que se arrastran invisibles desde hace tiempo atrás.
Por lo que el cielo nos muestra con la gran acumulación de planetas en Signos mutables, el conflicto radicará en enfrentar temas relacionados con las promesas no cumplidas, la vanidad, la exageración, la distorsión de los hilos del pensamiento, errores y las faltas de toda naturaleza que debamos corregir.
Serán foco principal de este cuarto, aquellos temas que no encuentren "enraizamiento", sostén o un sentido conducente a tener un eje personal, haciendo girar los temas en conflictos cuya culpa endilgamos a otros sin ver que somos partícipes de aquello que sin ser conscientes, estamos creando.
Divididos entre yo y los celos, yo y la posesividad, mi lucimiento y mis oscuridades, siempre optaremos por explicaciones que pongan el conflicto afuera estando, -en el mejor de los casos-, establecida la consciencia de que en el fondo tenemos necesidad de sanar ciertas heridas que aún tienen poder en nosotros y actúan en nuestra vida a través de relaciones íntimas.
Como todo cuarto creciente es preciso un esfuerzo para poder crecer, y en este caso se exige liquidar una situación que duele y a la que hemos llegado por desconocer responsabilidades, -respuestas o límites-, tanto por haber permitido que otro nos dañe permaneciendo en una situación de atascamiento, como por no reconocer el prejuicio que estábamos causando.
Las lecturas son múltiples, pero lo que es cierto es que al estar involucrados el "yo" y su transformación, no se tratará de algo fácil, ni suave, ni pacífico a menos que seamos plenamente conscientes de nuestra parte en el asunto y cambiemos egoísmo por nobleza.
Por lo que el cielo nos muestra con la gran acumulación de planetas en Signos mutables, el conflicto radicará en enfrentar temas relacionados con las promesas no cumplidas, la vanidad, la exageración, la distorsión de los hilos del pensamiento, errores y las faltas de toda naturaleza que debamos corregir.
Serán foco principal de este cuarto, aquellos temas que no encuentren "enraizamiento", sostén o un sentido conducente a tener un eje personal, haciendo girar los temas en conflictos cuya culpa endilgamos a otros sin ver que somos partícipes de aquello que sin ser conscientes, estamos creando.
Divididos entre yo y los celos, yo y la posesividad, mi lucimiento y mis oscuridades, siempre optaremos por explicaciones que pongan el conflicto afuera estando, -en el mejor de los casos-, establecida la consciencia de que en el fondo tenemos necesidad de sanar ciertas heridas que aún tienen poder en nosotros y actúan en nuestra vida a través de relaciones íntimas.
Como todo cuarto creciente es preciso un esfuerzo para poder crecer, y en este caso se exige liquidar una situación que duele y a la que hemos llegado por desconocer responsabilidades, -respuestas o límites-, tanto por haber permitido que otro nos dañe permaneciendo en una situación de atascamiento, como por no reconocer el prejuicio que estábamos causando.
Las lecturas son múltiples, pero lo que es cierto es que al estar involucrados el "yo" y su transformación, no se tratará de algo fácil, ni suave, ni pacífico a menos que seamos plenamente conscientes de nuestra parte en el asunto y cambiemos egoísmo por nobleza.
Comentarios
Publicar un comentario