La Luna se está retirando de Escorpio, pasará por Sagitario y así llegará al momento de manifestarse como novilunio en Capricornio, desde donde más tarde integrará la compleja interacción energética entre Urano y Plutón. Si siempre al llegar esta fecha todos nos deseamos feliz año como parte ritual del final de un capítulo y comienzo de otro, esta vez será un real momento bisagra en el cual se abrirán y cerrarán definitivamente puertas en algún sentido, sobre todo a nivel laboral, jerárquico o social queriendo definir como tal no solo a lo que implica nuestro rol público, sino a nuestra participación en hechos que incumben a la organización de la vida como una gran familia o colectividad de seres humanos unidos no ya por los lazos de sangre o afectivos, sino por los lazos que hacen que nos podamos organizar como una red de funciones, servicios, jerarquías y todo aquello que hace que un sistema se pueda ser efectivo. Seguramente necesitaremos redefinir que significa "estar a la cabeza de...", como también revisar los temas relativos al tiempo, la vejez, los límites y el lugar de mayor responsabilidad. Tendremos que tomar consciencia de que determinados momentos en la vida merecen profundos cambios en el modo en que llevamos a cabo nuestra tarea cotidiana, sobre todo cuando estamos en puestos que exigen máximo rendimiento.
Capricornio exige de nosotros mucho trabajo y esfuerzo. Se plantea el mundo desde una visión práctica y material y es por ello que la lunación puede afectar al cuerpo o marcar un llamado de atención sobre él. Al producirse al inicio del Signo de la Cabra, anuncia unas navidades no tan colmadas de gente y afecto, -Capricornio es más bien de sentimiento conservador pero no cálido-, sino más bien "formales", escasa en contactos afectivos y repleta de obligaciones, esfuerzos o trabajo. El mundo material se encuentra en "merma" y es por ello que solo tendrá abundancia quien pueda mirar más allá de la cruz de la materia.
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