Con la entrada de la Luna en el Signo de Virgo se armonizan también las energías de Venus. La mujer sobre todo se vuelve alguien muy regido no solo por los sentidos, sino también por la intuición práctica, la necesidad del trabajo, la priorización del deber, el amor por la corrección, el detalle y la naturaleza. Estamos en un momento en que nos relacionamos con los demás desde un lugar de sentido común: las cosas que se hacen o se dejan de hacer son necesarias, contienen belleza, nos dan alegría, nos dejan desplegar el amor por el deber y no hay especulaciones más allá de lo que realmente es preciso llevar a cabo.
Como cerca está Neptuno, justamente apuntando a la Luna en oposición, pueden existir ciertos signos de decadencia corporal, cansancio, agobio, confusión y sueño. Cuide a salud y seguramente si se siente mal en algún sentido, una mujer es quien mejor responderá a sus necesidades.
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