EL ECLIPSE DEL 20 DE MARZO Y EL SÍMBOLO DEL GRADO 29 DE PISCIS.

Para la próxima Lunación, -otra vez en grado 29 que astrológicamente se considera un grado de pérdida-, un Eclipse se produce en el Signo de Piscis.  Por la seguidilla de lunaciones en este grado, es de suponer que el Cielo tiene un mensaje  a partir del cual nos avisa que tenemos que ir despidiéndonos de nuestros puntos ciegos, de nuestra falta de claridad y en Piscis, -el Signo que nos conecta al inconsciente colectivo-, de nuestra forma nada consciente de comprender una frase que parece remanida y mucho menos real de lo que quisiéramos: que "todo tiene que ver con todo" y que "todos somos uno". Pareciera que utilizamos las palabras como si fuesen solo declamaciones emocionantes, pero de una u otra manera, a partir de sucesivas situaciones que nos dejan ver la escasa capacidad de iluminar lo que está oscuro y oculto bajo nuestros automatismos, la astrología convierte al mapa del cielo en un mensaje que esperemos alguna vez escuchar. No por casualidad el "Símbolo Sabiano" que corresponde a ese grado zodiacal presenta la siguiente imagen:

"A través de un prisma, un rayo de luz se expande en numerosos colores"


Si la Luz blanca simboliza la energía universal, al pasar por cada uno de nosotros,-los prismas-, emite una vibración que se percibe como  diferente de las otras. No obstante, en el mundo de Piscis, es necesario renunciar a las divisiones para ver las coincidencias que se esconden detrás de lo visible. En este Signo, y en el grado en donde la totalidad y la parcialidad nos tienen como nexo o como prisma, tendremos que tomar en cuenta que los efectos o fenómenos físicos que se producen y que interpretamos de diversas maneras, emanan de una fuerza incomprensible o inconsciente que es la que une e interconecta aquello que está más allá de la voluntad y más acá de lo incomprensible.  Lo que se expande en un abanico multicolor, retorna a la luz principal una vez que comprendemos que en el fondo, todos somos uno y no existen diferencias.
Un estado que simboliza este momento podría ser el Nirvana en donde podríamos sentirnos incluso sin cuerpo.
En el grado del eclipse, algo podrá terminar de volar hacia esa otra dimensión incorpórea; podría existir la necesidad de  sacrificar algo o dejarlo atrás, podríamos asistir a algún fenómeno climático relacionado con las aguas, a la disolución del ego, la consciencia, una enfermedad, un brote de locura, o cualquier manifestación que  borre las fronteras y las divisiones que nos llevan a tener diferentes versiones de una misma cosa. Quizá sea el momento en el cual lo incomprensible nos lleve a la comprensión de que EL TODO de un lado del prisma Y LA NADA del otro, son la misma cosa.

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