LA LUNA NUEVA EN ARIES: EL LADO OSCURO DE NUESTROS INSTINTOS AGRESIVOS

Sabemos que la Luna Nueva, según las tradiciones y la astrología, es misteriosa al punto de ser la elegida por algunas antiguas y actuales "brujas", como día para hacer hechizos, conjuros magias. Gracias a ser estas "noches sin luz", es excepcional para todo aquello que no deba verse al menos con claridad; y esto es fácil de comprender solo con detenernos a pensar que  quien desee hacer algo considerado "malo", sea brujo o no, siempre elegirá  la oscuridad para escabullirse a los ojos vigilantes de lo luminoso o de lo que puede hacerse abiertamente a plena luz del día.

En general y hasta por memoria genética,  lo que denominamos "mal", "secreto", "misterioso" o capaz de originar miedo, causar daño o ser una amenaza, se encuentra relacionado con la "negrura" en todas sus formas y es por ello que las noches de Luna Nueva son las preferidas por quienes, influenciados por un pensamiento que algunos llaman "animista", toman como apta para sus "trabajos" gracias a proyectar en esa oscuridad, todo aquello a lo que se teme, odia o ha sido catalogado de malo, nocivo o dañino.

No obstante, bajo el enfoque psicoastrológico, podemos asegurar que si algo negro asoma por allí, tiene su raíz en lo que no podemos ver en el fondo del alma. Pretendemos ser tan puros, limpios y transparentes, que llegamos a negar y enterrar esas partes que nos avergonzarían de nosotros mismos, pero que acusamos con el dedo índice en los demás con desagrado y rabia incluso disimulada o llena de palabras para borrar vestigios de rechazo.

En psicoastrología, lo obscuro de la Luna Nueva no se empareja necesariamente a lo fatídico o maldito, sino más bien a lo inconsciente, es decir aquello que por ser previamente juzgado por la cultura como malo, prohibido o conflictivo, es reprimido en un lugar también oscuro de nuestra psique.   La psicología reconoce que en el "sótano" del alma viven muchas tendencias reprimidas y en  el caso de esta Luna Nueva en el Signo de Aries, conjunta a Urano y en cuadratura a Plutón,  es posible que lo que se haya excluido de la consciencia, se relacione con la ira, la furia, el egoísmo y la violencia.

Quien haya tragado demasiado enojo gracias a la censura sobre sus impulsos autoasertivos, podrá exteriorizarlo o padecerlo incluso a través de la "calentura", sea fiebre o bronca, siendo ello un síntoma de haber tramitado mal la energía de la que necesitamos para abrirnos paso en la vida.

Aries es el impulso que nos lleva a tomar la delantera en algo, así que es factible que quienes se haya  autocensurado a la hora de adelantarse a los demás, -por haber catalogado esto de por ej. egoísta-, sufra algún traspié que deje ver que no es bueno renunciar a salir "primero". También puede darse la compulsión irrefrenable a causar dolor, agujero, un puntapié o a utilizar o padecer algún golpe.

Temas que inician o se terminan referidos a la sexualidad, la iniciativa y la capacidad de dar comienzo a nuevas situaciones.

Las peleas, discusiones, guerras, golpes, accidentes, fiebres, agresiones que se den bajo esta Luna, significarán que tenemos que ser mucho más conscientes de nuestros impulsos relegados o irrefrenables.

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