EL CAMBIO DE FUEGO A TIERRA
El año anterior, -si contamos de ahora hasta un año atrás-, hemos estado conectados con la energía de fuego que se desplegó con Zeus transitando Leo, Urano aún y por unos años más en Aries y la Luna que cada vez que pasó por Sagitario, nos ayudó a incorporar a lo cotidiano ese optimismo, esa manera revolucionaria y repentina en la que muchas cosas nos sorprendieron y esa necesidad de encontrar un nuevo camino para definirnos como seres individuales, originales e irrepetibles.
No obstante, como nada en el cielo es estático y todos vamos constantemente viajando por el espacio y girando a su vez en torno a una estrella mayor, comenzaremos a incorporar con un acento bastante más notorio al elemento Tierra.
A partir del ingreso de Júpiter a Virgo, -sumado a que Saturno en Sagitario nos quitará mucho de ese ánimo "pum para arriba"-, y conectados a la ambición terrenal de Plutón en Capricornio, nos alejaremos de ese concepto idealista del fuego para trasladar nuestros pies a la tierra. A partir de este momento, sutil y lentamente, comenzaremos a enfocarnos mucho más en los hechos, en los resultados y en todo lo que se pueda contabilizar y comprobar, desplazando de este modo a la actitud esperanzadora del fuego que podríamos definir como de "lo que podría ser si". Sería como cambiar el acento del mundo ideal a la realidad de las cosas, entendiendo por real lo que se ve, se mide, se toca y se cuenta. La mayor parte de nuestros juicios se basarán en cuestiones "palpables" y presentes, quedando bastante lejos el futuro.
El lema será AQUÍ Y AHORA. Preparados, listos, ya!
No obstante, como nada en el cielo es estático y todos vamos constantemente viajando por el espacio y girando a su vez en torno a una estrella mayor, comenzaremos a incorporar con un acento bastante más notorio al elemento Tierra.
A partir del ingreso de Júpiter a Virgo, -sumado a que Saturno en Sagitario nos quitará mucho de ese ánimo "pum para arriba"-, y conectados a la ambición terrenal de Plutón en Capricornio, nos alejaremos de ese concepto idealista del fuego para trasladar nuestros pies a la tierra. A partir de este momento, sutil y lentamente, comenzaremos a enfocarnos mucho más en los hechos, en los resultados y en todo lo que se pueda contabilizar y comprobar, desplazando de este modo a la actitud esperanzadora del fuego que podríamos definir como de "lo que podría ser si". Sería como cambiar el acento del mundo ideal a la realidad de las cosas, entendiendo por real lo que se ve, se mide, se toca y se cuenta. La mayor parte de nuestros juicios se basarán en cuestiones "palpables" y presentes, quedando bastante lejos el futuro.
El lema será AQUÍ Y AHORA. Preparados, listos, ya!
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