La Luna ingresó en un Signo armónico a aquel que está finalizando de transitar el Sol. Él desde Virgo y ella desde Capricornio, proponen fijarnos metas y cuestiones bien concretas, practicables y prolijas. El trabajo se convierte en lo principal y para ello contamos con la colaboración seria que precisamos para hacerlo perfecto. Momento excelente para corregir sin conflicto cosas que hemos pasado por alto, -Mientras Mercurio retrograda puede traernos facturas impagas, -tanto comerciales como afectivas-, y debemos poner manos a la obra para todo lo que en algún lugar del enunciado, admita la palabra "cumplir".
La Luna en Capricornio tiñe el ánimo general de cierta seriedad, no estamos para el chiste ni para ser superficiales en cuestiones que comprometan nuestro rol social y nos ponemos quisquillosos respecto de las "formas".
El hogar se vuelve un lugar un poco "frío", la mirada -o el tiempo-, un poco gris y los lazos se sostienen más por deber que por cariño.
Paciencia para alcanzar objetivos.
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