Después del eclipse de la Luna Sangrante, a Aries no le alcanza para saltar de la hornalla al fuego. Se acerca la Luna a Urano y lo imprevisible puede suceder. Mientras estamos como de costumbre dando una órden se nos clava una astilla, nos pinchamos con un cuchillo o se abre una ventana y nos da en plena sien. En otro orden de cosas, podemos cambiar de humor inesperadamente y sentir un ansia de libertad y espacio ilimitado, llevándonos de golpe a abrir la puerta para ir a quien sabe donde. Posiblemente de la astróloga a pedirle un turno porque ya no puede esperar a ver que sucede dentro de un rato.
Salvo que por indicaciones expresas de su Carta Natal no tenga Ud. activas estas energías, sentirá dichos impulsos expresarse en actos cotidianos fuera de lo común, de lo contrario, se cruzará con alguna persona que más bien parece un poco chiflada y mandona y no estará errada. Cruce de carril porque va a toda prisa y el horno no está para bollos porque quema y como!
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