LA LUNA NUEVA EN ESCORPIO, ÚLTIMAS HORAS DEL 17 Y PRIMERAS DEL 18/11/2017
La Luna ingresó al Signo de Escorpio y estamos en fase de Luna Nueva. En este sector zodiacal donde reina el escorpión, se nos indica claramente, -aunque en lo más hondo y oscuro del ser-, que existe una fase ya concluída que necesariamente conduce a su vez a renacer a otro nivel evolutivo de comprensión, sobre todo, de las propias complejidades y emociones más reprochables que se generan a partir el vínculo con los demás. Es tiempo de "eliminar" quistes, forúnculos y todo crecimiento "maligno" que se alimente de lo podrido, la bronca y el rencor.
No acumule toxinas emocionales y sepa reconocer su gama negra, ya que no existe ser humano que pueda pasar por la vida sin probar el gusto de la hiel y el deseo de venganza, revancha u odio desmedido. Tenemos un gran momento para ver esto en acción, dados los embates que vivimos día a día por parte de los que "piensan diferente a nosotros".
No hay una sola persona que no se sienta profundamente enojada y enfrentada a muerte con gente que incluso, ni conoce.
Nuestras reacciones en este tiempo pueden ser de total frialdad o de total acaloramiento, pero negarlas no hace más que alimentarlas, condenándolas al Tártaro de las emociones reprimidads que pueden incubar una semilla que florecerá como una serpiente llena de veneno y saldrá de su nido en algún momento.
Tiempo para admitir nuestro costado retorcido que normalmente veremos como una yarará en el otro, saliendo ganador quien en lugar de optar por la represión, la negación o la proyección, pueda resurgir de las cenizas con el acto del perdón. Acercarse de este modo a lo divino, nos devuelve la humanidad.
Y ese habrá sido el avance: despojarnos de las mochilas de un odio infantil, irracional y tan dependiente de los demás como lo es el bebé que no encuentra a mamá o a papá y que siente una amenaza de muerte que por ese entonces, y gracias a su indefensión, es real. Ya pasó el tiempo de gatear, ya pasó el período en que si no nos daban de comer, podíamos morir. Ya pasó la indispensabilidad del otro y tenemos a nuestra disposición la capacidad de transformar esa ola amenazante en un poder transformador.
Instante para dar un estirón: estíerese!
No acumule toxinas emocionales y sepa reconocer su gama negra, ya que no existe ser humano que pueda pasar por la vida sin probar el gusto de la hiel y el deseo de venganza, revancha u odio desmedido. Tenemos un gran momento para ver esto en acción, dados los embates que vivimos día a día por parte de los que "piensan diferente a nosotros".
No hay una sola persona que no se sienta profundamente enojada y enfrentada a muerte con gente que incluso, ni conoce.
Nuestras reacciones en este tiempo pueden ser de total frialdad o de total acaloramiento, pero negarlas no hace más que alimentarlas, condenándolas al Tártaro de las emociones reprimidads que pueden incubar una semilla que florecerá como una serpiente llena de veneno y saldrá de su nido en algún momento.
Tiempo para admitir nuestro costado retorcido que normalmente veremos como una yarará en el otro, saliendo ganador quien en lugar de optar por la represión, la negación o la proyección, pueda resurgir de las cenizas con el acto del perdón. Acercarse de este modo a lo divino, nos devuelve la humanidad.
Y ese habrá sido el avance: despojarnos de las mochilas de un odio infantil, irracional y tan dependiente de los demás como lo es el bebé que no encuentra a mamá o a papá y que siente una amenaza de muerte que por ese entonces, y gracias a su indefensión, es real. Ya pasó el tiempo de gatear, ya pasó el período en que si no nos daban de comer, podíamos morir. Ya pasó la indispensabilidad del otro y tenemos a nuestra disposición la capacidad de transformar esa ola amenazante en un poder transformador.
Instante para dar un estirón: estíerese!
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