LA LUNA NUEVA EN SAGITARIO: ZEUS Y HERA PELEAN ENTRE EL CIELO Y LA TIERRA
Ingresa hoy la Luna al Signo de Sagitario donde se encuentra el Sol y gracias a ello se produce la "Luna Nueva". No obstante, en el sector del Centauro, se encuentra el temible Saturno. Esta intervención en el momento en que el contacto solilunar marca el fin e inicio de un capítulo, nos hablar claramente de que costará mucho trabajo el poder avanzar. El típico optimismo casi ciego de esta Luna, se verá cercenado por la realidad: no hay modo de seguir "negando" que todo va a ir de maravillas.
Si algo tiene la Luna Sagitariana, es ese empuje que la lleva a tratar de encontrar un motivo superior aún para explicar la más terrible situación, ya que sin algo a que aferrarnos mientras transitamos la llegada a un mejor horizonte, se nos haría terrible una vida que no contenga la existencia de una voluntad divina, un motivo filosófico o algo que nos deje con la esperanza de que nada pasa porque sí.
Sin embargo, en su cara más absurda, su energía nos convierte en fanáticos ciegos, fundamentalistas del optimismo aún cuando nos estamos dando garrotazos con la realidad, lo cual equivaldría a una madre que obliga a su hijo a estudiar para llegar más lejos, aún cuando el hijo llora y le reclama por el dolor de una rodilla: "Dios te lo va a curar, estudiá, sé optimista, todo pasará"..., dejando al crío dolorido hasta que alguien con más realismo detecta una fractura en los meniscos.
En síntesis, esta no es una Luna que se lleve bien con lo terreno. Al igual que el Sol en este Signo, desean verse liberados de las cosas de este mundo, pero Saturno está allí para que ámbos, él y ella, masculino femenino, sensibilidad y voluntad, yin y yang, tengan que tomar lecciones de método.
No sé si hay mucho más que explicar dadas las condiciones del traspaso de mando. No obstante, siempre es bueno recurrir a la mitología y recordar que Zeus/Júpiter, regente del Signo, vivía atormentado por Hera-una de las caras de la Luna-, simbolizando que las aspirciones de un mundo ilimitado, todo fiesta y todo globo (Sol en Sagitario), no es posible sin observar los deberes de la vida terrena que muestra Hera (Luna en Sagitario) ahora con compañía de Saturno que limita a ambos el poder salirse con la suya sin consecuencias. Los dos dioses, dios del Olimpo él, diosa de la Tierra ella, tenían constantes peleas que los llevaban a poner a sus respectivos reinos como un campo de batalla en el cual, al final, no se puede vivir por entero en paz sin llevar al otro a cuestas. El hombre no puede solo aspirar a vivir en el cielo (Júpiter), mientras esté encarnado / casado con la Tierra (Luna/Hera).
Tengamos en cuenta esto porque esto quedará grabado en la Carta del traspaso.
Si algo tiene la Luna Sagitariana, es ese empuje que la lleva a tratar de encontrar un motivo superior aún para explicar la más terrible situación, ya que sin algo a que aferrarnos mientras transitamos la llegada a un mejor horizonte, se nos haría terrible una vida que no contenga la existencia de una voluntad divina, un motivo filosófico o algo que nos deje con la esperanza de que nada pasa porque sí.
Sin embargo, en su cara más absurda, su energía nos convierte en fanáticos ciegos, fundamentalistas del optimismo aún cuando nos estamos dando garrotazos con la realidad, lo cual equivaldría a una madre que obliga a su hijo a estudiar para llegar más lejos, aún cuando el hijo llora y le reclama por el dolor de una rodilla: "Dios te lo va a curar, estudiá, sé optimista, todo pasará"..., dejando al crío dolorido hasta que alguien con más realismo detecta una fractura en los meniscos.
En síntesis, esta no es una Luna que se lleve bien con lo terreno. Al igual que el Sol en este Signo, desean verse liberados de las cosas de este mundo, pero Saturno está allí para que ámbos, él y ella, masculino femenino, sensibilidad y voluntad, yin y yang, tengan que tomar lecciones de método.
No sé si hay mucho más que explicar dadas las condiciones del traspaso de mando. No obstante, siempre es bueno recurrir a la mitología y recordar que Zeus/Júpiter, regente del Signo, vivía atormentado por Hera-una de las caras de la Luna-, simbolizando que las aspirciones de un mundo ilimitado, todo fiesta y todo globo (Sol en Sagitario), no es posible sin observar los deberes de la vida terrena que muestra Hera (Luna en Sagitario) ahora con compañía de Saturno que limita a ambos el poder salirse con la suya sin consecuencias. Los dos dioses, dios del Olimpo él, diosa de la Tierra ella, tenían constantes peleas que los llevaban a poner a sus respectivos reinos como un campo de batalla en el cual, al final, no se puede vivir por entero en paz sin llevar al otro a cuestas. El hombre no puede solo aspirar a vivir en el cielo (Júpiter), mientras esté encarnado / casado con la Tierra (Luna/Hera).
Tengamos en cuenta esto porque esto quedará grabado en la Carta del traspaso.
realmente no entendi mucho que realmente nos trae la luna saguitario o el sol
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