LA HISTORIA DEL AMOR DE VENUS DESDE QUE INGRESÓ A SAGITARIO

Venus en Sagitario viene de una cuadratura con Neptuno y una conjunción a Saturno y ha pasado por mares de lágrimas gracias a algún amor inalcanzable.
Ya sea que esté comprometido ,viva lejos, sea infiel o imposible, la pregunta es cuan sinceros somos cuando estamos en una relación.

El autoengaño,  es por lo general una gran película en la que al final, terminamos sintiéndonos víctimas de un otro engañador, cuando nuestro padecimiento suele provenir de no ser quienes somos, de disfrazarnos para parecer más esto que aquello y de ponernos en un lugar de objeto, de esos que se acomodan como un florero sobre la mesa o en la mesita de luz según las necesidades de la mano que la acomoda para la ocasión. Pero claro, es el otro el que nos desengaña!!! y sufrimos por quien nos "abandonó", sin pensar que quien primero nos cosificó y nos dejó de lado, fuimos nosotros con nuestras poses y falsificaciones para no parecer flojos, vulnerables, o humanos sino dioses.

La nueva etapa venusina del aprendizaje en la relación, viene de la mano de la cuadratura con Quirón, y nos refresca la memoria de la herida. No se lleva bien la reciprocidad con lo que lastima y sin embargo, seguimos soñando con llamar a eso amor.

A mayor insistencia en el futuro, esperanzados en que tal vez si trabajamos aún más en ello quizá podamos cambiar la situación, logramos sacar una espina más a la rosa del dolor,

De ello, podemos escapar soñando con irnos lejos, con romper con la rutina y hacer cosas locas, o decidirnos, - a la par, un trígono con Urano-,  que podría aprovecharse para cortar de modo limpio con esas fantasías tontas de seguir ofreciéndonos como un objeto a alguien que quizá esté en búsqueda de algo diferente como una amistad, un lazo sin compromiso o nada que huela a seguro.

Venus en Sagitario no es de las que se avienen de cabeza a ponerse el anillo, pero ha olvidado esto y lo ha depositado a cuenta del otro; y no hay mejor fórmula que esta para alimentar un gran deseo por lo que no se tiene. Quizá si el objeto de nuestro amor se rindiera a nuestros pies, los que nos iríamos lejos seríamos nosotros, pero la cosa está en mantenernos deseantes sufrientes en lugar de mantenernos vivos y felices.

Ojalá que en vez de tomar el rosario y pasar las horas dedicando nuestros pensamientos a un amor convencional, entendamos que es tiempo de ser libres, de amarnos primero a nosotros, de no "posar para ninguna foto" y de buscar lo que nos hace más auténticos. Suelta lo que no funciona o si te da la pasta para eso, entra en la anticonvencionalidad de un amor que hoy está, mañana no sabes.

Sé tú cuando amas. Reclama tu libertad en lugar de dársela al otro, reclama tus ganas de viajar por el mundo de la aventura en lugar de creer que es el otro el que tiene libre vuelo. Vamos!, haz memoria y puede que así, termines por aceptar que el engaño y el dolor de estos tiempos, jamás dependió de nadie más que de tí y de tus argumentos falsos para amar.

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