EL CUARTO CRECIENTE DE LA LUNA

La Luna sigue avanzando por Leo para formar dentro de 8 grados, aproximadamente 16 horas, el cuarto creciente con el Sol en Tauro.

Las diferencias entre nuestro costado femenino, yin y receptivo y nuestro propósito, voluntad y perfil masculino, chocan como choca un matrimonio cuando ella desea ser el centro del universo y no puede lograr que él le conceda el honor de reconocerle el centro de la escena.

En este mundo fijo en donde todos mandan y nadie cede, el apolo taurino será testarudo y conservará su opinión y modo de hacer las cosas sin considerar un ápice a los reclamos de mezquindad, tozudés o materialismo que ella le hará a él, mientras que por otro lado, él calificará a la leonina compañera como una mujer demasiado orgullosa, mandona y con una gran necesidad de figurar, cuyos lujos, altanería y amor por sí misma le plantean un problema de poder o son una amenaza para su bolsillo (cosas que para el Sol en Tauro, corren paralelas).

Él solo se plantará sin otro argumento que el ceñirse a lo que le indique el balance que le ha realizado el contador, entre tanto ella le reclamará su necesidad de ser considerada la única capaz de soportar su inercia. Entre un Sol eminentemente material y una Luna de fuego y más centrada en el espíritu, habrá diferencias que llevarán a un choque entre lo que es conveniente y lo que es noble hacer.

Se deduce entonces que no son horas de llevar a cabo ningún acuerdo.

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