LA LUNA LLENA Y URANO
En pleno desacuerdo se produce un chisporroteo que convierte la relación en una electrocución y ya que estamos en el medio de los fuegos artificiales, nos quedamos sin poder llegar a reaccionar ante algo que parece haber salido de la mente de un@ loc@ o un@ disociad@.
Entre la luz lunar y la solar, hay una diferencia de consciencia, y esta diferencia parece además producir a su vez una diferencia máxima en nuestros modos de percibir la realidad: la Luna será inconsciente de sus vericuetos psíquicos, pero el Sol tendrá la visión mucho más clara de lo que sucede a nivel profundo y emocional.
Los 380 voltios que genera el choque, terminarán por hacer volar por el aire, -o por el agua o el fuego-, todo aquello que en algún momento dudamos salvar por rutina, por costumbre, por deber o desazón.
No es este el momento para intentar arreglar algo entre dos partes que por distintas razones, sentirán un irrefrenable impulso a liberarse de lo que consideran una restricción insensata.
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