EL CUARTO MENGUANTE DE LA LUNA
En este momento es dable asistir a contradicciones entre razones abstractas y razones tangibles, llevándonos a vivenciar a su vez un tironeo entre motivaciones que provienen de la argumentación teórica versus la experiencia que se obtiene de la aplicación práctica de toda teoría.
Sabemos que hay que introducir algún cambio, -en situaciones cotidianas, en el modo de conducirnos, de expresarnos, de trabajar, de cumplir con las rutinas diarias, de prestar un servicio, de relacionarnos con nuestros colaboradores, de resolver problemas de índole práctica, de salud, etc.-, pero aún no tenemos definida la dirección y no nos ponemos de acuerdo con el otro o con una parte nuestra que se vuelve o muy volátil o muy criticona.
Estamos irritables, las horas pueden escaparse en un eterno darle vuelta a los pensamientos e ideas comenzando muchos argumentos y concluyendo ninguno, por supuesto hasta que por fin algo nos haga concentrar en la eficiencia y la obtención de resultados.
Por ahora, es posible que no podamos separar lo que suma como idea y lo que resta por la gran dispersión mental, pero pasado este momento crítico, estaremos en condiciones de dejar atrás a las personas que funcionen como canales de distracción o interferencia.
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