LA LUNA y NEPTUNO
La Luna. -traspasando ella apenas del punto de máxima luminosidad´lunar-, se suma a Neptuno.
De esta radiante luz lunar se desprenderán necesidades difusas, un estado anímico de bienestar o malestar sin causa reconocible a simple vista y también una gran capacidad de estar solos o de crear un mundo imaginario que nos haga de refugio.
Todo dependerá de que la Luna, -el instinto y lo que nos dejar a resguardo-, gire alrededor del Sol (consciencia) y no al revés, puesto de que darse esta última posibilidad nos convertiríamos en una máquina de deformar la lente con que vemos las cosas que realmente son importantes haciéndolas depender del más mínimo capricho.
Las dudas comenzarán a ceder lugar a la necesidad de corregir el rumbo y quitar del camino los obstáculos que no nos dejen crecer en experiencia.
De esta radiante luz lunar se desprenderán necesidades difusas, un estado anímico de bienestar o malestar sin causa reconocible a simple vista y también una gran capacidad de estar solos o de crear un mundo imaginario que nos haga de refugio.
Todo dependerá de que la Luna, -el instinto y lo que nos dejar a resguardo-, gire alrededor del Sol (consciencia) y no al revés, puesto de que darse esta última posibilidad nos convertiríamos en una máquina de deformar la lente con que vemos las cosas que realmente son importantes haciéndolas depender del más mínimo capricho.
Las dudas comenzarán a ceder lugar a la necesidad de corregir el rumbo y quitar del camino los obstáculos que no nos dejen crecer en experiencia.
Comentarios
Publicar un comentario