LLEGÓ LA LUNA A SU CASA

Arribó la Luna con sus recuerdos al hogar. Transitando ahora el Signo de Cáncer, abrimos un paréntesis para auscultar nuestros sentimientos, el pasado y lo que le da a nuestro presente el sentimiento de continuidad entre los tiempos que se han ido, los que están transcurriendo ahora y los que vendrán.

Esta es una Luna que lleva siempre presente su historia y el catálogo de fotos y emociones que arraigaron en el alma, siendo gracias a ello que nunca olvidamos quienes somos y que sentimos a cada paso. De no recordar de donde venimos y a donde pertenecemos, no tendríamos ni madre, ni patria, ni raíz.

Por estas razones, tendremos por delante dos días y horas para la añoranza. Para bien o para mal, se nos presentan esas postales de infancia, con jarras de leche y vainillas, perfumes hogareños, el apresto de la plancha, el aroma del pan, la familia, la mesa, las fotos sepia, la comida y las reuniones en casa de la vieja.

El ánimo general es suceptible, llorón y emotivo. Pueden existir dificultades para decir NO porque la Luna canceriana siempre responde a las necesidades de su entorno. No obstante, su mejor costado es esa comprensión sin palabras que ella misma tanto reclama a los que la rodean. Si tienes un cangrejo en la familia, recargará pilas!

Un paseo bajo el Sol, -que se encuentra armónico desde Virgo-, puede servir para despertar la imaginación, lograr acuerdos y diálogos que resuelvan pequeñas discordancias si es que estas se han presentado.

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