LOS QUIEBRES DE LUNA URANO
La Luna opuesta a Urano nos introduce en una oleada de arranques emocionales imprevistos.
En el día de ayer estuvo en contacto a Plutón y esto detonó profundos recuerdos de situaciones emocionales indecibles, inconfesables, dolorosas y críticas. Hoy, en oposición al dios del cielo, nos predispone a actuar "locurasa" o a volvernos locos intentando desligarnos de un pasado que se vuelve a colar entre los disparadores inconscientes que nos remueve el alma.
En el mejor de los casos, comprendemos que hay que dejar atrás el pasado no como un acto voluntario sino de autopreservación, y en el peor, podemos reaccionar de modo irreflexivo y como si estuviéramos insanos, intentando recuperar algo que lejos de ser armonioso, es caótico y altamente disruptivo para la sensibilidad.
El deseo de mantener el contacto con una parte de sí que ya no desea más estar conectado a una descarga eleéctrica crea cortocircuitos en una relación en la que proyectamos uno de los dos impulsos: el de querer seguir dpendiendo y el querer independizarnos del otro.
Tiempo de desconexión y disociación. La necesidad de relacionarnos puede ser tan excesiva como la necesidad de independizarnos.
En el día de ayer estuvo en contacto a Plutón y esto detonó profundos recuerdos de situaciones emocionales indecibles, inconfesables, dolorosas y críticas. Hoy, en oposición al dios del cielo, nos predispone a actuar "locurasa" o a volvernos locos intentando desligarnos de un pasado que se vuelve a colar entre los disparadores inconscientes que nos remueve el alma.
En el mejor de los casos, comprendemos que hay que dejar atrás el pasado no como un acto voluntario sino de autopreservación, y en el peor, podemos reaccionar de modo irreflexivo y como si estuviéramos insanos, intentando recuperar algo que lejos de ser armonioso, es caótico y altamente disruptivo para la sensibilidad.
El deseo de mantener el contacto con una parte de sí que ya no desea más estar conectado a una descarga eleéctrica crea cortocircuitos en una relación en la que proyectamos uno de los dos impulsos: el de querer seguir dpendiendo y el querer independizarnos del otro.
Tiempo de desconexión y disociación. La necesidad de relacionarnos puede ser tan excesiva como la necesidad de independizarnos.
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