ESAMOS EN CUARTO CRECIENTE
El Sol en Escorpio se enfoca en los retruécanos invisibles de la mente, en los padecimientos del alma, en las trenzas y tranzas del poder, en lo que está oscuro, en lo que nadie diría y algunas veces ni él, porque sabe muy bien que la pacatería y la hipocresía del mundo, prefiere esconder antes que mostrar lo que está caratulado como "feo", malo, pecaminoso o enmerdado.
Y ahí esta ella, la Luna en Acuario, que bajo ese dictado solar, tiene que desobedecer y pasar a recoger las luces de las vidrieras. Desde asistir a la reunión del movimiento anarquista, subirse a su torre a urdir ideales que cambiarán el mundo, rebelarse contra lo denso y no tocar sentimientos ni que le paguen millones.
Tan blanca y lejana a toda la escoria que el Sol enfoca, puede ser un momento en el que no sepamos si lo que buscamos está alejado a nivel de una utopía o si lo que conocemos es tan horrendo como parece.
De una u otra manera pareciera que no es fácil ponernos de acuerdo con los demás. En algún momento quizá nos sintamos contrariados con aspiraciones que parecieran ser imposibles de alcanzar por estar demasiado enfangados como para ver algo de luz en un pozo.
Quizá venga bien fijarnos si internamente hay una parte de nosotros que se siente muy por encima y más esclarecida que los demás, frente a otra que se siente muy por debajo y más allá del bien y del mal que el resto. Estas dicotomías internas pueden aparecer externalizadas en conflictos que más adelante, pueden hallar acuerdo cuando desarrollemos comprensión al llegar la Luna a Piscis.
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