AHORA, LA LUNA Y SATURNO
Esta mañana del día 24, estamos bajo los rayos que han mezclado la Luna con Saturno.
Es como si algo nos apagase el optimismo, como si no encontrásemos nada que nos motive, como si se nos hubiese metido en la cabeza eso de que no hay montaña que se mueva para nosotros porque en realidad, a nadie le importamos.
Si caemos en este tipo de sentimiento, es dable pensar que por alguna razón, la vida nos pide que cortemos determinados lazos con el pasado. Ya sea que nos hemos sentido alguna vez poco estimados, censurados o desprotegidos, debemos trabajar para evitar proyectar en el mundo a esas figuras que debieron protegernos en lugar de comportarse como murallas emocionales. Y por lo general el trabajo es netamente terapéutico porque solos y haciendo fuerza por no recordar, por cortar de cuajo y sin elaborar, no podemos.
Creer que lo que fue tiene que ser eterno, nos deja enganchados a pautas que inconscientemente, convocaremos con nuestra actitud que sin dudas, se ha vuelto fría para evitar sufrir, pero que a su vez hace de muro para los que se quieran acercar.
Hemos construido un muro de falta de fe en las personas y eso tendrá que resolverse a fuerza de identificar en nosotros la frialdad que nos caló los huesos.
Por último, Luna y Saturno pueden sustituir una necesidad emocional con un bien material. Cualquier cosa que se pueda tocar, puede suplantar aquello en lo que necesitas creer para salir adelante. Mira dos veces y piensa si lo que crees respecto de la gente, es un prejuicio o una condena. El prejuicio tiene solución, la condena se ha transformado en una especie de biblia que transforma en sagrado un prejuicio.
Es como si algo nos apagase el optimismo, como si no encontrásemos nada que nos motive, como si se nos hubiese metido en la cabeza eso de que no hay montaña que se mueva para nosotros porque en realidad, a nadie le importamos.
Si caemos en este tipo de sentimiento, es dable pensar que por alguna razón, la vida nos pide que cortemos determinados lazos con el pasado. Ya sea que nos hemos sentido alguna vez poco estimados, censurados o desprotegidos, debemos trabajar para evitar proyectar en el mundo a esas figuras que debieron protegernos en lugar de comportarse como murallas emocionales. Y por lo general el trabajo es netamente terapéutico porque solos y haciendo fuerza por no recordar, por cortar de cuajo y sin elaborar, no podemos.
Creer que lo que fue tiene que ser eterno, nos deja enganchados a pautas que inconscientemente, convocaremos con nuestra actitud que sin dudas, se ha vuelto fría para evitar sufrir, pero que a su vez hace de muro para los que se quieran acercar.
Hemos construido un muro de falta de fe en las personas y eso tendrá que resolverse a fuerza de identificar en nosotros la frialdad que nos caló los huesos.
Por último, Luna y Saturno pueden sustituir una necesidad emocional con un bien material. Cualquier cosa que se pueda tocar, puede suplantar aquello en lo que necesitas creer para salir adelante. Mira dos veces y piensa si lo que crees respecto de la gente, es un prejuicio o una condena. El prejuicio tiene solución, la condena se ha transformado en una especie de biblia que transforma en sagrado un prejuicio.
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