DECIR O NO DECIR LO QUE SE SIENTE. ESA ES LA CUESTIÓN
La Luna en tensión con Mercurio nos avisa que por al menos este día, lo que escuchemos no coincidirá con lo que necesitamos registrar para calmarnos, como tampoco estaremos muy claros respecto de si lo que decimos, es verdaderamente lo que sentimos.
En una eterna vuelta de pareceres e información, intentaremos deducciones que nunca parecerán completarse o conformarnos, mientras tanto, las cosas se estiran, se van por las ramas, se habla mucho y se dice poco.
Por lo general, con este aspecto la coherencia entre la lógica y la emoción queda trastocada, motivo por el cual no es fácil que combinemos con la mayor parte de las personas, salvo que en nuestra naturaleza existan factores que corrijan este momento celeste.
No debe preocuparse quien en su Carta Natal sea dueño de fluidos contactos entre Luna-Mercurio ya que esto será un simple traspié. Pero aquellos que tengan problemas con estos planetas, pueden que pasen un día con algún tropiezo, perdiendo tiempo en ver si es conveniente decir lo que se siente o es preferible callarlo.
Esta dicotomía planetaria es la que hace dudar a muchas personas acerca de si es mejor ser abiertos en cuanto a lo que se piensa o se siente, o recurrir al silencio y la falta de expresión. Obviamente, y como siempre, el punto medio es el desafío.
En una eterna vuelta de pareceres e información, intentaremos deducciones que nunca parecerán completarse o conformarnos, mientras tanto, las cosas se estiran, se van por las ramas, se habla mucho y se dice poco.
Por lo general, con este aspecto la coherencia entre la lógica y la emoción queda trastocada, motivo por el cual no es fácil que combinemos con la mayor parte de las personas, salvo que en nuestra naturaleza existan factores que corrijan este momento celeste.
No debe preocuparse quien en su Carta Natal sea dueño de fluidos contactos entre Luna-Mercurio ya que esto será un simple traspié. Pero aquellos que tengan problemas con estos planetas, pueden que pasen un día con algún tropiezo, perdiendo tiempo en ver si es conveniente decir lo que se siente o es preferible callarlo.
Esta dicotomía planetaria es la que hace dudar a muchas personas acerca de si es mejor ser abiertos en cuanto a lo que se piensa o se siente, o recurrir al silencio y la falta de expresión. Obviamente, y como siempre, el punto medio es el desafío.
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