LA LUNA EN CÁNCER Y LOS PLANETAS EN PISCIS


La Luna en aspecto armonioso a Venus, Neptuno y Marte, recoge experiencias místicas, sueña, comprende y tiende un manto de olvido sobre las cosas que le recuerdan a aquello que trae enfrentamiento e incomodidad.

Es un momento en el que quizá estemos muy poco dispuestos a salirnos de los carriles habituales y conocidos de hacer las cosas, de amar, de demostrar cariño y aún así, al llegar la Luna Llena, algo puede que nos sorprenda y nos inste a salir del capullo.

Si utilizamos bien esta energía, -que de no captar a través de un foco solar y consciente pasaría probablemente como un acorde silencioso y sin estridencia hasta el plenilunio-, podríamos aprovechar para buscar la raíz de algunos problemas hogareños, estados anímicos y encontrar en la cadena hereditaria, unas cuantas conductas que no nos favorecen a la hora de plantarnos en un lugar mucho más práctico y sensato.

Es un día para emociones sublimes o por el contrario, para dejarnos arrastrar por ellas sin tener el control del timón. Se recomienda que elija por el camino de la consciencia, que le da capacidad de poner diques allí donde algo que está a punto de rebalsar.

Como toda energía que puede causar desbordes emocionales, no hay nada mejor que mirar hacia adentro para ver qué parte nuestra es un eco o reflejo de esquemas familiares y vinculares viejos.
En lo externo se puede manifestar como contacto con personas sumamente inspiradas, comprensivas, místicas, de sensibilidad acentuada. También podríamos estar receptivos a las penas del mundo.

Escuche música, pinte, cree: Venus, Neptuno y Marte imprimen dirección a los movimientos del alma.

Recuerdos del pasado, de la infancia, de la historia y el hogar. Necesidad de sentirnos contenidos. No exagere el conformismo emocional. Atrévase a ver lo que no está bien en su vida.

Trate de no repetir historias.

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