EL INGRESO DE LA LUNA A GÉMINIS
Este cambio lunar muestra un cambio anímico, ya que de permanecer quietos y predecibles, nos volvemos mucho más locuaces, movedizos y curiosos intelectualmente: conversar, leer, escribir, llamar a un hermano, a una vecina, escuchar a nuestros hijos, jugar con las palabras, hacer crucigramas o simplemente informarnos acerca de casi cualquier tema que se nos cruce aunque sea de modo superficial, nos dejará saber que por dos días y unas horas, nos iremos a vivir a nuestra cabeza como forma de refugiarnos en algún sitio seguro.
Esta es una Luna que todo lo razona y tiene cierta aversión a meterse con el mundo emocional. En lugar de conectarnos con los sentimientos, podremos permanecer en un estado de racionalización constante que nos hará cambiar más de una vez la opinión, el motivo o el argumento con que defendemos lo que decimos. Obviamente, no hace falta que exista un otro frente a nosotros para que se incremente el diálogo, ya que si no hay nadie con quien contrastar nuestras opiniones, conversaremos con un alter ego fantaseado respuestas como si nos estuviese contestando de verdad.
Ni bien se encuentre Ud. en este diálogo interno, tome consciencia de que no existe ese otro más que en su mente y que todo lo que agregue al diálogo en nombre de la otredad, son las palabras que Ud. rechaza como consejo.
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