BAJO EL CUARTO CRECIENTE DE LA LUNA

El Sol transita Piscis y la Luna camina por Géminis. De este modo, se tensan las energías de ambos y como en todo Cuarto Creciente, sentimos un tironeo de la energía yin con la energía yang.

Por lo general, el dilema se plantea en términos irreconciliables, como por ej en este caso, sentir y comprender versus razonar y entender.

Una parte nuestra desea bucear por el mar profundo de la nostalgia, en tanto que otra nos explica lo mal que está perderse en una gran nada de emociones. Si ambos fueran un matrimonio, estarían chocando por intereses y modos distintos de evaluar una situación o vivir una realidad.

Para la Luna será mejor un libro, un diccionario, un celular o un chisme, en tanto que para el Sol, la mejor oportunidad se encontrará en el crecimiento de la capacidad de empatía y sensibilidad expresada a través de la música, el arte, la fotografía, las novelas, el pasado, la añoranza o las películas que nos la recuerden. Si nada de eso funciona, quizá un rivotril o alcohol, nos hagan perder la cabeza justamente para NO PENSAR, que es lo que quiere la Luna.

En fin, habrá que vérselas con esta dicotomía dentro o fuera de nosotros. Siempre hay alguien que nos habla con la voz del planeta cuyas energías no son tan afines a nuestra configuración natural.

El secreto es saber que ambas, a pesar de llevar otro rostro, son nuestros modos de mirar una misma cosa desde diferentes ángulos.

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