UN DÍA DE GRAN CRUZ CÓSMICA

La Luna, Júpiter, Plutón, Urano y el acompañamiento de Neptuno cerca del Sol en Piscis, traen  recuerdos del edén que no fué tan edénico y un ansia de liberación que mira a futuro.

Uno puede hasta palpar y recordar cosas reales y situaciones que nos han movilizado hasta un punto profundo y muy sensible de nuestro corazón y nos impulsan a volver a movilizarnos. También es una energía excelente para desenterrar fantasmas, rebelarnos y darnos cuenta que hemos cambiado muchas cosas, incluso al punto de reconocer de que es posible seguir haciéndolo.

El miedo puede hacerse cargo de alguna situación, pero no hay que olvidar, como dice Paracelso, que detrás nuestro hay huestes de ángeles que ni imaginamos.

Sin temor a otros y con toda la intención de reformarnos interiormente, esta configuración ayuda a quien está dispuesto a hacer cambios emocionales y prácticos de raíz.

Comentarios

  1. Hola, pienso que ya hemos tocado los extremos exageradamente y necesitamos un jalón de orejas, para recapacitar, tomar un nuevo rumbo y crear otro tipo de conducta como para reconstruirnos mental y humanamente, ser o vibrar en otra dimensión. Nos queda poco tiempo

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

MARTE, PLUTÓN Y NEPTUNO

Antes y desués

Psicoastrologuía: Mercurio retrógrado febrero de 2020