BAJO EL CUARTO CRECIENTE

Mientras el Sol transita Tauro y ejercita su postura personal tomando en cuenta solo las cosas que se tocan, se cuentan y se ven, la Luna en Leo se mira en el espejo y pregunta: espejito espejito, hay algo más importante que yo?.

Digamos que si fueran un matrimonio, él estaría acotando su vida a lo que es práctico, le sirve de apoyo material en todo aquello que implique comodidad y sostén, mientras la Luna preferirá ubicarse en lo que también es valioso, pero a título personal.

Si hay alguien poco dispuesta a girar alrededor del Sol, es esta Luna que desearía que todo se invirtiese. Adoraría que Apolo solo tuviera por centro su digna figura, cosa de ser tomada en consideración y colocada en el podio de todas sus motivaciones y decisiones.

 Pero claro, la vida diseñó las cosas para que en algunos momentos las luchas de poder nos dejen ver como cada uno bajo su visión, tiene una razón y un motivo. Nada más pensar en el hombre que quiere llegar a su casa, quitarse los zapatos y sentarse a mirar un rato de televisión sin que nadie le dirija la palabra, aunque a unos metros, ella lo mire de reojo como reclamándole el haber olvidado que ese día tenía que llevarla en auto a comprar al super.

Él ya se plantó en sus talones y decidió que no tiene ninguna ganan de moverse porque está cansado, porque tiene cosas más útiles que hacer y ella hierve de bronca porque lo considera rústico y egoísta por hacer las cosas solo cuando a él le convienen y sin otorgarle a ella la importancia que merece su trono hogareño o de cualquier otra índole.

Día para haberse encontrado o encontrarse con personas que luchan por prestigio, solvencia, protagonismo o valores de algún tipo. Diferencias de criterio insalvables en donde uno privilegiará el billete y otro el apellido, el monto o el prestigio.


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