LA LUNA INGRESA A PISCIS

Toda la vuelta zodiacal, la experiencia recolectada por cada una de las estaciones anteriores, llega a su punto cúlmine en el último de los escalones ascensionales del ser.

Subrayando las energías de agua en las que terminan por converger y disolverse todas las experiencias humanas, la Luna pisciana entrega al altar del sacrificio algún dolor, pena, resignación o sacrificio.

Dos días para diluir juicios y prejuicios, de deshacernos de las cosas, opiniones, sentimientos que no nos aportan y nos dejan estancados en el pasado. Aprender que aún en soledad estamos conectados a otros a través de las emociones, es un modo de vivenciar positivamente esta Luna. Victimizarse, no es la mejor. Así que atención a la pena que se tenga de sí mismo.

Se destaca la compasión, la comprensión, la emoción y la sensibilidad.

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