EL SOL Y NEPTUNO: LA CLARIDAD Y LA BRUMA

El Sol va de a poco tratando de conectar con la fuente de ideales neptunianos, desde una cuadratura que une la mente objetiva e imparcial de Géminis, y los cantos de sirena de Piscis.

Como resultado, podría darse una dimensión un tanto ilimitada respecto de la importancia que alguien tiene en nuestra vida ya que la razón puede desenfocarse y llenar de espejos de colores nuestra percepción, mientras que nos vemos infinitamente más desbordantes de compasión simplemente porque cabe el autoengaño.

Se pueden durante este tiempo observar a determinadas personas como si fuesen reyes salidos de los cuentos de hadas o por el contrario catalogarlos de embusteros sin remedio. Entre esos dos términos, puede oscilar nuestra consciencia, hasta que nos demos cuenta de que estamos un poco mareados.

Por supuesto, ya todos conocen lo del príncipe que por un hechizo se convirtió en sapo y que volvió a su estado humano con otro beso, sin embargo, cuando el Sol se conecta con Neptuno, el beso y el hechizo no hacen falta, y los cuentos parecen reales, quizá tanto como las posteriores desilusiones.

Cuide su salud mental y si nota que se cruza con gente enferma, en situación de desamparo, perdida mentalmente, tenga en cuenta este contacto. También podríamos estar menos concentrados, más distraídos y mucho más proclives a confundir los caminos y olvidar nombres.

Estamos viendo estados a los que pensamos hoy, cualquiera puede llegar.

Comentarios

Entradas populares de este blog

MARTE, PLUTÓN Y NEPTUNO

Antes y desués

Psicoastrologuía: Mercurio retrógrado febrero de 2020