EL SOL, SATURNO, URANO Y EL ECLIPSE.
El Sol en este día, está participando de una alineación en Signos de Fuego, en la que las energías entre los planetas Saturno y Urano, circulan sin impedimentos a través de Apolo.
Es un momento en el que la voluntad se ve influenciada por el pasado y el futuro, lo viejo y lo que aún no es, la experiencia y lo no experimentado, lo estructurado y las ganas de romper con ellas, en síntesis, por el deseo de conservar las cosas como están y el de romper con todo para empezar de nuevo.
Por otra parte, lo ya consolidado y representado por Saturno, está contaminado por ilusiones que nublan la visión de la realidad o llevan a engañar o autoengañarnos, en tanto que por el lado de Urano, hay una imprevisión considerable alimentada por un júbilo, un excesivo gusto por la apuesta y el riesgo que resultan excesivos.
De este modo, lo que podría ser la bendición de recrear, modernizar, avanzar con paso concreto a un futuro y a la innovación, puede convertirse en una ruleta rusa gracias a la participación de Neptuno y Júpiter que tensan a los planetas más pesados.
Si tomamos en cuenta que el Sol representa a los reyes, gobernantes y personas importantes, es factible que con el eclipse, -que afectará los grados en los que se encuentran estas energías-, sufran algún "oscurecimiento" de su imagen por no haber calculado bien ni los riesgos de inflar (Júpiter) su imagen o suerte, así como también por querer consolidarla en base a estructuras que podrían estar neptunianamente "enfermas" o desgastadas.
Es un momento en el que la voluntad se ve influenciada por el pasado y el futuro, lo viejo y lo que aún no es, la experiencia y lo no experimentado, lo estructurado y las ganas de romper con ellas, en síntesis, por el deseo de conservar las cosas como están y el de romper con todo para empezar de nuevo.
Por otra parte, lo ya consolidado y representado por Saturno, está contaminado por ilusiones que nublan la visión de la realidad o llevan a engañar o autoengañarnos, en tanto que por el lado de Urano, hay una imprevisión considerable alimentada por un júbilo, un excesivo gusto por la apuesta y el riesgo que resultan excesivos.
De este modo, lo que podría ser la bendición de recrear, modernizar, avanzar con paso concreto a un futuro y a la innovación, puede convertirse en una ruleta rusa gracias a la participación de Neptuno y Júpiter que tensan a los planetas más pesados.
Si tomamos en cuenta que el Sol representa a los reyes, gobernantes y personas importantes, es factible que con el eclipse, -que afectará los grados en los que se encuentran estas energías-, sufran algún "oscurecimiento" de su imagen por no haber calculado bien ni los riesgos de inflar (Júpiter) su imagen o suerte, así como también por querer consolidarla en base a estructuras que podrían estar neptunianamente "enfermas" o desgastadas.
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