LOS PLANETAS YANG, JUNTAN SUS ENRGÍAS

El Sol, Saturno, Urano y Júpiter, se reunieron en una alineación llamada "Cometa" o "Pandorga", en la que la energía central es la oposición que aún no se ha formado. Esa oposición lo que hace, es causar algún tipo de conflicto para que a partir de él, se pongan en funcionamiento mecanismos que tiendan a solucionarlo y de ese modo, crear nuevas alternativas, agilizar el pensamiento y reestablecer un equilibrio perdido a partir de ese enfrentamiento.

Entonces, una cometa a la que le falta la oposición central, puede ser una energía benéfica pero totalmente "desperdiciada". No hay nada que nos empuje a buscar novedades, ni solución a problemas que aún no vemos claramente. sin embargo, tenemos unos cuantos motivos como para querer utilizar dicha bendición celeste.

Sol, Marte, Urano, Júpiter y Saturno, son energías de vibración YANG, activas o, como comunmente se les dice, "masculinas"; simplemente por el hecho de ser irradiantes, centrífugas y tendientes a cambiar la realidad, no a absorberla como lo hacen los planetas YIN. Por esta razón, para quien necesite salir de un momento de "depre", carencia o pérda (Luna-Saturno), para los que se sientan confundidos y poco claros (Mercurio/Neptuno) o abusados y pasados por encima por  algún otro, (Plutón Venus), se encuentra esta cubeta energética llena de autoafirmación, autocontrol, revolución individual, libertad y apertura jubilosa a disposición.

Por supuesto, para quien no esté acostumbrad@ a tomar iniciativas y cambiar las situaciones que lo comprimen, podría serle difícil ver la oportunidad que en realidad, tiene muy cerca. Es normalmente poco atractivo proponerle a alguien que comience por abrir su mente, puesto que lo que esperamos mayormente, es que las trabas de cualquier cosa se autoeliminen y nos sonría la fortuna. Pero si Ud. que está leyendo esto se cree mínimamente sujeto y timonel de su historia, podrá comenzar desde un viaje, hasta una travesía mental, ideológica, filosófica, religiosa o de des-prejuiciamiento, para salir de los pensamientos comunes, de las creencias que lo atan o le han llevado a perder la fé en lo justo, lo bueno y lo bello.

No nos nutrimos de comida. También de creencias. Y estas necesitan un buen ajuste para poder tener una mejor visión de futuro.