SATURNO, VENUS Y URANO.
Entre los 3, los dos que proponen encuentros instantáneos, libres y sin un compromiso atado a la usanza y costumbre, son Urano y Venus, pero desde la otra esquina, Saturno anda mirando con sus arrugas y una moralina común cuando ocupa el Signo de Sagitario, para coartar a quien quiera desviarse de la norma en materia amorosa.
Por otra parte, también podría darse que rompamos con los cánones habituales que rigieron nuestra mirada sobre el amor y nos dispongamos a hacer una vida en pareja pero con ciertas libertades: cama afuera, incluyendo grandes diferencias de edad o cualquier cosa que sea mirada de reojo o utilizada por pocos en la sociedad actual.
Si alguien quiere aprovechar esta configuración, puede ejercitar tolerancia, apego a las reglas que promueven libertades y por sobre todo, amar sin ser extremadamente aburrido ni descontroladamente autónomo. El amor no debería castrarnos, sino producir seres que se comprometen desde la libertad y la responsabilidad.
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