AYER, HOY Y MAÑANA, BAJO LA LUNA LLENA EN CÁNCER
Este fenómeno, se debe a que la fuerte necesidad de "autocompletarnos", de llenarnos a nivel emocional, -tal como lo muestra la luna en el cielo-, dispara una suerte de rally social conducente a encontrar una mano guía, una solución mágica que acaricie el sueño de erradicar las dudas del alma (Luna). Todas aquellas cuestiones que nos puedan tener sensiblemente insatisfechos, dolidos o afectados, buscarán ser solucionadas de una u otra forma, y la primera vía por la que se tiende a canalizar esta energía, es a través de una inseguridad que busca otras manos a las que aferrarse como lo harían las pinzas del cangrejo, cuando se siente desprotegido.
Si bien la luna llena genera una tendencia generalizada, los mayores efectos se observan en las personas que poseen aspectos de oposición Sol/Luna en sus cartas natales, o con un emplazamientos lunares que indiquen grandes carencias afectivas (como la Luna en Capricornio que suele sentirse no querida).
Lo importante a tener en cuenta en los momentos en que la luna se alza redonda en el cielo, es que para poder madurar y sentirnos plenos en el ámbito de las emociones, debemos estar dispuestos a tomar consciencia (Sol), de nuestras determinaciones, mandatos y huellas sensibles más profundas e inconscientes,, para así subsanar la grieta y la distancia entre el hombre y la mujer internas, el amor y el deber, la pertenencia y la responsabilidad, la niñez y la vejez.
Ambos astros simbolizan el polo masculino y el femenino de la personalidad. Si entre ambos existe una máxima polarización manifestada en el aspecto de oposición, (lo que hace que en el cielo se vea como luna llena), es necesario encontrar una forma de reconciliar ambos extremos, creando un diálogo que los convierte en complementarios, en una verdadera unión.
El Sol es el que puede alumbrar en el cielo esa gran necesidad de manifestar abiertamente el prestigio con el que esta Luna intenta poner en evidencia que ha podido, que lo ha logrado, que su trabajo ha valido la pena para ser hoy digna de respeto. Tiempo de consolidación o de empezar a dejar atrás un camino que no "conduce a Roma".
Llega alto, pero siempre de la mano del esfuerzo y la madurez que se requieren para trepar por caminos escarpados tratando de que las emociones nos acompañen pero no nos aten o nos hagan renunciar al camino elegido.
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