ECLIPSE LUNAR: MIRANDO A TRAVÉS DEL ESPEJO ROTO

Con las horas se va formando el eclipse a medida que la Luna ingresa a leo y se opone al Sol en Acuario. Un eje que describe dos formas de amor: la gozosa del corazón, ardiente, chispeante y feliz manera de abrirse al otro confiado en encontrar la luz de los propios ojos y el alma y las más libre, impersonal, festiva e inusual que Acuario pregona como forma de vincularse entre seres: sin cadenas, sin tiempo, sin lugar y sin espacio

En tanto que el Sol en Acuario no necesita de exclusividad, la Luna propone un protagonismo único, y entre ambos, parados a los extremos de este eje zodiacal, se genera un intercambio que podría ser de este tipo:
-Estoy orgulloso de mis amigos; -dice el Sol en Acuario-
-Yo estoy orgullosa de mí, -enfatiza la Luna-.
-Tú no serías nadie si no estuvieses rodeado de otros.
-Yo no sería nada si no me tuviese a mí.
-El mundo es un gran corazón fractal, no hace falta ponerse en el centro.
-El mundo es un gran lugar, cuando ordeno a mi voluntad lo que me rodea.

...Y así pueden seguir hasta el infinito, y cada uno tendrá razones para plantear un punto de vista que siendo opuesto al del otro, puede muy bien complementarse en lugar de distanciarse.

Todo depende de poder ver que dentro de nuestro, precisamos contener ambas posturas, ya que todos, pero absolutamente todos necesitamos ser el amor de alguien y que alguien nos ame con exclusividad.

Sin embargo, sabemos que somos felices en sumo grado cuando encontramos en el camino a la amistad, que nos devuelve la confianza en que las barreras y todo tipo de divisiones entre países, personas, razas y credos, entre otras cosas; son realmente absurdas.

Como podríamos vivir sin contemplar ambas realidades?.
Pues bien, esta Luna Llena abrirá esa puerta para que te plantees algunas diferencias entre tú y los demás, diferencias que no conllevan necesariamente un rechazo, pero sí que pueden implicar una lección a aprender cuanto nos rigidizamos en los extremos de las posturas de Acuario-Leo.

La Luna nos muestra con su eclipse eso a lo que no podemos aferrarnos pero que compulsivamente seguimos haciendo sin darnos cuenta: dar privilegio al instinto de exposición y de excesiva protección de nosotros mismo y todo lo que tiene que ver con nuestro sello, nuestras obras, creaciones, hijos o lo que consideremos como blasón u orgullo personal.

La lección a aprender aquí, es que formamos parte de algo mayor, de algo que todavía no llegó o de un futuro en el que, de no corregir nuestras actuales tendencias a mirarnos el ombligo sin ver lo que sucede alrededor, nos depara el aprendizaje más duro de por ej,  querer una sociedad más igualitaria y prometedora, haciendo las mismas cosas egoístas que nos convienen solo a nosotros.

Con actitudes encerradas en una imagen brillante de nosotros mismos, no generamos igualdad y menos libertad, ya que dependemos de la mirada ajena y su aprobación. Aferrarse a esto, al orgullo o al narcisismo, será siempre un gran error, salvo que lo balanceemos con una consciencia colectiva.

Y cuidado: ser egoísta es NO ver que en aquello que consideramos un bien, hay un mal oculto. Quienes sobreprotegen a su hijo, quizá no lo estén beneficiando sino malcriando. Quienes hacen excesivos regalos o dan excesivos aplausos a otro, no lo están halagando, lo están inflando. Como siempre, si hemos sido excesivos con nuestros gestos en favor de nosotros mismos o de las personas que amamos, se nos impondrá el ver que ya no hay aplausos para esa conducta.

Repetir el pasado es lo que en este momento, no nos permitirá estar orgullosos de quienes somos. Temas de educación, de docencia, de protección, de romance, del corazón y diferencias entre lo personal y lo colectivo, nos darán en general algún llamado de atención para que aterricemos y nos tomemos en serio el tema social, grupal o colectivo.

Yo solo Vs. Nostros, es la combinación que se pone en juego. Si hemos estado demasiado pendientes de los espejos, estos pueden romperse. 

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