LA LUNA Y URANO

La Luna va teniendo unos contactos excelentes peeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeero..., no todo en la vida es mamá, teta y cuidado.

Resulta que Urano, -justamente el dios que la Luna teme porque puede dejarla sin refugio de un momento para el otro-, anda por ahí tocando sus energías.

Hay algo/alguien por ahí afuera que nos desubica. Sentimientos que no podemos ordenar, que nos molestan y nos causan disconformidad. Estamos descontentos en donde vivimos, con quien vivimos, con las cosas cotidianas o quizá un poco hartos de que que algunas personas se abusen de la constante respueta afectiva a las que Cáncer acostumbra a los que tiene alrededor.

Entonces es este el momento en que la palabra LUNÁTIC@ se hace presente. Ganas de mandar todo al demonio, mudanrnos lo antes posible, ir a buscar un nuevo útero a donde vivir, -el menos pensado-, es una forma de reaccionar.

Necesitamos quitarnos de encima tanto soponcio familiar, tanta unidad y pertenencia y quizá nos vayamos dando un portazo, dejando a los otros con la idea de que nos hemos vuelto locos.

PUEDE SER! Y QUE?

Si no fuera por las ideas locas, nunca nacería algo nuevo.

Aún existen varios planetas que apoyan un cambio profundo pero nos da tiempo a reacomodarnos aunque no la estemos pasando bomba. Pero nadie dijo que crecer, fuera fácil. Y menos convertirnos en individuos que dejan atrás lo que siempre se hizo así porque nos dijeron que las cosas se hacían así: cuestionar, contestar, crear, remodelar, salirse de la rutina y no esperar que algo nos hastíe hasta que nos de un ataque de lunática expresión y quieran ponernos un chaleco de fuerza.

Un poco de insomnio: nada grave si piensa que en su interior, algo nuevo está por asomar de golpe. Deje de estar en control y permita que las cajas de sorpresa se abran: eso nos entrena en flexibilidad y creatividad.

Comentarios

Entradas populares de este blog

MARTE, PLUTÓN Y NEPTUNO

Antes y desués

Psicoastrologuía: Mercurio retrógrado febrero de 2020