LUNA, VENUS, NEPTUNO EN PISCIS

Un día para entrar en contacto con lo invisible e intangible, de sueños o de ensueños, de sensibilidad exquisita o de excesiva y desbocada emotividad.

Podríamos encontrarnos con que no estamos pensando sino delirando. Hay cosas que imaginamos y hay otras que nos llegan a la mente en forma de sensaciones, malestar, desesperanza, sentimientos de ser víctimas o salvadores de algo o alguien.

Temas como las enfermedades, el alcohol, el arte, los estados alterados de consciencia producidos por métodos que van desde la meditación profunda, pasando por los sueños y hasta llegar a todo tipo de narcosis, pueden llevarnos de paseo a través de la concentración mental, una película, de la música o el arte.

No es un aspecto ni bueno ni malo, -esa clasificación no es más que para diferenciar cuanto trabajo nos cuesta alcanzar algo-, sino que como todo, podemos tomarlo como un momento de dispersión, también de sabiduría y por que no de recreación, o desperdiciarlo quejándonos de la maldad del mundo y las brujas malas que en él habitan.

Es un momento para tener en cuenta que la inflación espiritual es fruto de un ego envanecido que se preocupa por serlo. Quien lo es, es como aquel no precisa mirarse al espejo para saber que color de pelo tiene. No veo a Gandhi tratando de averiguar cuantas vidas anteriores tuvo, si era un alma evolucionada o si los demás lo verían como un guía. Era quien era. Y nada más. Lo mismo que Teresa de Calcuta y un montón de gente que lo único que hacía, era vivir en pro del bien del mundo y no en el propio.

Esa sería la mejor manifestación de esta energía: poner al ego y a las propias necesidades en la pira de fuego para quemar los resabios de lo terreno. 

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